En tanto, el 19,5 por ciento se llevó a cabo en un contexto familiar, en cualquier grado de parentesco entre las víctimas y victimarios que no esté incluido en la categoría de "íntimo"; y el 6,1 por ciento fue en un marco "sexual", cometido tanto por personas del entorno de las víctimas como por desconocidos, y que incluyeron ataques sexuales directos o simbólicos que dejan rastros en la escena del hecho y el cuerpo de la víctima.

A la vez, los "travesticidios y transfemicidios", asociados a asesinatos por discriminación o a crímenes de odio, fueron el 2,4 por ciento y comprendieron las muertes de mujeres travestis y trans.

Si bien comparten con los otros contextos el determinante de género, su especificidad se centra en las condiciones estructurales y sistemáticas de vulnerabilidad, marginalidad y violencia de esta población, las cuales suelen operar como condicionante en su transcurso vital.

Para el caso de femicidios cometidos en "contexto de encierro", que fueron el 1,2 por ciento, se hace referencia a femicidios ocurridos en instituciones de encierro como unidades carcelarias, comisarías, alcaidías e instituciones de encierro para personas con padecimiento de salud mental, entre otras.

Finalmente, la categoría "otros" ascendió al 4,9% y abarcó a todos los demás supuestos en los que un hombre mató a una mujer mediando violencia de género no incluidos en los contextos precedentes. Por ejemplo, cuando una mujer es asesinada por un vecino, un colega de trabajo o una persona completamente desconocida sin vínculos previos.

Del relevamiento de las causas se pudo registrar que seis víctimas fueron agredidas sexualmente al momento del hecho, de las cuales cinco se enmarcan en un contexto sexual y una en un contexto familiar.