Cero en protección y un poder en pocas manos

“No se aporta el menor de los cuidados, ni guantes, ni barbijos, ni alcohol, ni máscaras para la atención al público, y muchas veces no hay ni agua potable”, denunciaron quienes trabajan en el edificio de calle 48 entre 10 y 11.

Seguidamente, manifestaron que “además de no existir la desinfección, la limpieza es deficiente, sobre todo en los baños que son utilizados por todo el personal y por toda persona que se acerque hasta el juzgado a resolver alguna multa”.

“Tampoco es verdad que solo se atiende por turnos, porque se trabaja con absoluta normalidad y se atiende de manera presencial a todo el que venga a regularizar su situación”, denunciaron.

Como se sabe, Ganduglia es considerado, dentro del gabinete municipal, como uno de los hombres de máxima confianza del intendente Julio Garro (Juntos por el Cambio). Sin embargo, se dice que dentro del Juzgado de Faltas es Martín Soldano quien hace las veces de director, y que responde al mando de la jueza Laura Aznar.

En tal sentido, las voces coinciden en afirmar que Aznar “es quien está al poder y que además de decidir absolutamente todo lo que sucede dentro del edificio, está a cargo de tres de los cinco Juzgados (Nros 2, 3 y 4), siendo jueza oficial y legal solamente del Juzgado 4, lo cual no está permitido”.

“También solicitamos que el Tribunal de Cuentas se haga presente para poder auditar e investigar qué pasa con las causas de los comercios clausurados, los secuestros de los vehículos, y las fiestas clandestinas que se realizan en la ciudad, y de qué manera se terminan resolviendo, y que investiguen sobre el contacto entre los inspectores de Control Urbano y la dupla Soldano-Aznar”, exigieron.

No obstante, las fuentes aclararon que “en Control Urbano también hay inspectores decentes, y a ellos también se los obliga a trabajar con total normalidad, exigiendo que en los comercios se cumplan los protocolos y las medidas sanitarias que el mismo municipio no cumple en sus propios edificios públicos”.

“Control Urbano ya tiene dos compañeros fallecidos por Coronavirus, y al igual que en Justicia de Faltas, nadie notifica nada y todo lo ocultan”, continuaron.

Por lo que se dejó entrever, quienes allí trabajan sienten el desamparo: “Necesitamos que alguien intervenga, algún sindicato, ministerio de Trabajo, o alguien que se acerque a inspeccionar las oficinas, el espacio y las condiciones a las que se obliga al empleado a exponerse sin el mínimo derecho a armar burbujas o grupos de trabajo”, expresaron.

“Todo ese riesgo es a cambio de un sueldo que está muy por debajo de la canasta básica, que ronda los $20.000, en donde no se contempla el derecho a cobrar el bono por pertenecer supuestamente a la categoría de esenciales”, cuestionaron.

Además, dicen que “tampoco tenemos el derecho a que se nos aplique la vacuna contra el Coronavirus, lo que demuestra un desprecio por la salud de cada uno de los empleados y de sus respectivas familias por parte de las autoridades municipales”.

“Nada de esto es política, es una realidad y alcanza con venir a inspeccionar el lugar y comprobarlo”, concluyeron las fuentes del Juzgado de Faltas.