Lunes 30 de Septiembre de 2024

5 de agosto de 2024

Juzgan al femicida que secuestró y asesinó una joven de 16 años en Uruguay: piden 45 años de prisión

Ahielén Casavieja estuvo 19 días desaparecida en 2022 y fue encontrada en un pozo séptico, en la casa de un hombre que la había convencido de que tomara pasta base. En el predio, dentro de una heladera oxidada, estaban también los restos de otra mujer

Ahielén Casavieja no quería consumir drogas ese día. El tratamiento contra el consumo que había le estaba dando resultado y ese fin de semana, cuando había salido del centro de menores en el que vivía para festejar junto a su hija de cuatro meses sus 16 años, no iba a caer en la tentación.

En la parada del ómnibus también estaba el Pollo y el Gordo Nico, a quienes les encomendaron que vayan a comprarle pasta base al Brasilero. Cuando volvieron, Ahielén y Docampo no estaban. Se habían ido para la casa de él. Quería tener “privacidad” con la joven de 16 años.

En el fondo de la casa de Docampo vivía su hermano. Fue él quien dio aviso a la policía de lo que encontró cuando limpiaba uno de los pozos sépticos de la casa: allí había una pierna humana. Una pericia forense determinó que los restos eran de la adolescente que estaba desaparecida y que había muerto hacía tres o cuatro días. Los análisis demostraron que estuvo durante 13 días viva.

La mujer que lo denunció en esa oportunidad aseguró que el Estado no la ayudó. Contó que el hombre la violó y la quiso sofocar mientras le decía: “Yo maté a varias, una más no me cuesta nada”.

En el predio en el que apareció la adolescente también estaban los restos de Karina Saracho, una mujer de 36 años. A diferencia de lo mediático que fue la búsqueda de Ahielén, nadie sabe dónde y cuándo fue la última vez que alguien vio con vida a Saracho. Tampoco se sabe mucho de ella: solo que su padre estuvo preso, que su madre la abandonó, que la crió su abuela, que tuvo un hijo. Que fue adicta, que estuvo condenada.

Sus huesos estaban en el interior de una heladera oxidada y, cuando aparecieron, nadie sabía que estaban siendo buscados. Tampoco estaba en la lista de personas ausentes. Y hacía meses que estaba muerta.

Quienes lo acusan tienen algunas respuestas. El presunto asesino era consumidor de cocaína y el hecho de que acostumbraba a llevar prostitutas a la casa justificaba que su familia no haya notado movimientos irregulares. Sobre los olores, responden que se trata de una zona semi rural.

La Fiscalía pide para Docampo 45 años de cárcel, la pena más grande que existe en Uruguay (entre la condena y las medidas accesorias).

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