Viernes 14 de Marzo de 2025

23 de noviembre de 2024

“Jamás nuestro pueblo olvidará a Malvinas”: dos homenajes a veteranos y la carta que un caído le escribió a su hijo desde las islas

Fue una semana que se respiró Malvinas y que contó con el patriótico empujón de la conmemoración del combate de La Vuelta de Obligado, que el pasado 20 se cumplieron 179 años. Hubo dos emotivos actos en los que se honraron a los veteranos que lucharon en la guerra del Atlántico Sur

>Bajo la consigna “Malvinas, una nueva Vuelta de Obligado”, el Senado de la Nación aprovechó la ocasión para distinguir con un diploma de honor a veteranos de guerra “por su entrega, valor y patriotismo”. Conocer a los galardonados y escuchar por la locutora la sintética descripción de lo que hicieron en la guerra, deja de relieve lo que entonces se luchó en esos 74 días de guerra.

Estuvo Liliana Collino, la única mujer militar que pisó las islas Malvinas cuando con un Hércules participó de una evacuación de heridos; también se distinguió a Roberto Curilovic quien, con su numeral Julio Barraza, hundieron al Atlantic Conveyor. Tras finalizar la batalla de Darwin, el alférez Eduardo Daghero decidió no rendirse y hacer evasión y escape con dos soldados conscriptos hasta que logró ser rescatado; el soldado Marcelo Di Giulio fue radio operador en la noche del 13 de junio en el contraataque del subteniente Vilgré Lamadrid en Monte Tumbledown y solo se replegó cuando Puerto Argentino ya se había rendido.

En Darwin, el cabo Darío Hernández, del Regimiento 12, herido en las piernas cuando intentó rescatar a un compañero; el soldado Rubén Mayna, quien se negó a replegarse y combatió hasta agotar munición; Horacio Lauría, comando de la compañía 602, por salvarle la vida al sargento Viltes, quien había sido gravemente herido.

El jefe de la primera escuadrilla el capitán de navío retirado Carlos Molteni, por volar a la par de sus subordinados; el soldado Daniel Orfanotti, de Patricios, quien combatió con el Regimiento 7 en Monte Longdon, fue herido y aún lleva una esquirla; también en el mismo combate, el cabo Gustavo Pedemonte terminó herido y seis de sus ocho soldados murieron; al entonces teniente primero Víctor Hugo Rodríguez por el audaz contra ataque al regimiento 2 de paracaidistas británicos; al subteniente Jorge Taranto, del regimiento 5, unidad que más sufrió el aislamiento durante la guerra, realizó peligrosas misiones al Monte Rosalie y luego de la guerra participó de la recuperación del Regimiento 3 en La Tablada y, por último, al primer teniente Mario Velazco por atacar al destructor Coventry con tres bombas, hundiéndolo en veinte minutos.

“¿Cuáles son las lecciones de 1845 y 1982?”, se preguntó. “La presencia, a lo largo de nuestra historia, de dos fuerzas, que son la religiosidad y el patriotismo. Estuvieron presentes en todos nuestros momentos de gloria, inclusive en las derrotas gloriosas. A pesar de las vicisitudes de nuestro país, esos valores fueron continuados y eso nos da la esperanza de que el futuro irrumpirán en escena cuando la Patria lo necesite”.

Por la Armada, habló el capitán de navío retirado Carlos Molteni. Aviador perteneciente a la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque aseguró que “cumplimos con las últimas estrofas del Himno Nacional y agradeció a los instructores que entonces lo formaron. Recordó a sus dos numerales, el teniente de fragata Carlos Benítez y al teniente de corbeta Daniel Miguel, caídos en acción. También destacó que los militares sí ganaron una guerra más larga, “que permitió que tengamos democracia y que permite que se haga este acto”. Por la Fuerza Aérea, el brigadier retirado Mario Miguel Callejo subrayó que tanto en Obligado como en Malvinas existía un mismo compromiso de defensa “de nuestra bandera y de nuestra soberanía. Definió la de Malvinas como “una de las batallas más heroicas de nuestra historia”.

El periodista Santiago Martella es hijo del teniente Luis Martella, caído la noche del 11 de junio cuando combatía junto a la compañía C del Regimiento 4 en Monte Dos Hermanas. Cuando cumplía su primer año de vida, le escribió una carta que, según el periodista “más que una carta, es una guía y un faro; son los consejos de vida de un padre a un hijo. Ojalá haya podido cumplir algunos y que, de arriba, esté orgulloso”. La carta, fechada en Puerto Argentino el 16 de mayo, que Santiago leyó en el acto, dice así:

Es esta la primera carta que papá te escribe. Mamá, que es tan buena, te la leerá cuando la recibas y la guardará para que la puedas leer tú mismo cuando aprendas a hacerlo dentro de algún tiempo.

Hoy cumples un año de vida. Has crecido dentro del cariño que con mamá y el resto de la familia te hemos prodigado; los días han pasado y has dejado de ser un bebé de meses para convertirte ya en un hombre, con un largo año de vida.

Esta Patria que te vio nacer y que todo nos da, nos exige de vez en cuando algún sacrificio, hoy le exigió a papá que no pudiera estar presente en el día de tu cumpleaños, pero sólo físicamente, pues permanentemente papá está con vos.

Quiero que sepas todo lo que tu padre, hijo mío, desea para vos cuando crezcas, y que no es más que seas un hombre de bien, sólo el sacrificio y el trabajo duro y constante rinden sus frutos. En la vida, el hombre debe tener una gran metaque guíe sus pasos, esa meta no debe ser otra que el servicio a Dios, a través del amor a la Patria y a la Familia. Nunca debes sentirte dueño absoluto de nada, pues todo te lo da Dios y cuando Dios te lo pida, se lo deberás entregar.

No quiero extenderme más, sólo quiero decirte que seas bueno y comprensivo con mamá, que aunque a veces te reta, lo hace por tu bien; además cuida de tus hermanos más pequeños que verán en ti a su ejemplo y alguien a quien recurrir cuando necesiten algo.

¡Feliz cumpleaños, Santiago!

La Virgen de Fátima no tiene descanso. Su imagen, que fue rescatada de una cuneta, entre trastos y recuerdos que los británicos obligaban a los soldados argentinos a abandonar antes de embarcarlos al continente, y que en abril pasado fue nombrada patrona de la Comisión Permanente de Homenaje a la Gesta del Atlántico Sur, una entidad que nació a fines de 1982 para honrar a los que habían combatido en las islas, fue nuevamente el centro de un acto de veteranos de Malvinas.

Ernesto Fernández Maguer, teniente coronel retirado, es el presidente de la Comisión. Agradeció a los veteranos “por estar y por todo lo que dieron a la Patria”. Destacó que “son héroes todos los hombres y mujeres que fueron entonces a las islas”.

La imagen de la virgen presidió la ceremonia y junto a ella se encontraba el padre Federico Burbridge, del Santuario Lugar del Milagro Virgen de Luján, de Villa Rosa, lugar donde la imagen está habitualmente. Burbridge fue nombrado capellán de esta Comisión.

Cuando estalló la guerra del Atlántico Sur, la hermana Pilar Bañares, del Instituto Fátima, quiso que las tropas argentinas tuvieran lo más preciado que atesoraban. Así le envió al coronel Mohamed Seineldín la imagen junto a una carta en la que la religiosa rogaba fuera recibida “en confianza y respeto, pues estamos seguros que obrará en las Malvinas el milagro esperado”.

Los soldados le atribuyeron diversos milagros. En los ataques aéreos británicos con bombas de 500 kilos sobre el aeropuerto, la imagen temblaba por las explosiones pero no se caía. Ningún proyectil dañó la pista, lo que permitió mantener el puente aéreo con el continente hasta último momento.

Con el alto el fuego del 14 de junio, permaneció prisionero. La tarea que tendrían por delante era muy peligrosa: desactivar minas personales y antitanque, y marcar los campos donde estaban enterradas.

Inhumaron a soldados argentinos en el sector católico del cementerio de Puerto Argentino. Al campo salían organizados en patrullas, lideradas por un jefe, un radiooperador y un custodio. Se recorrían los campos minados, y cuando se ubicaban los explosivos se les quitaban las espoletas y luego se quemaban. En el campo de batalla de Monte Longdon debieron desactivar también minas antitanque.

En la noche del 12 de julio los embarcaron en el Sir Edmund y en su proa los británicos armaron un corralito donde los ubicaron. En un caño ataron a la Virgen y la taparon, hasta que a alguien se le ocurrió hacer una misa, a la que concurrieron los generales Menéndez y Yofré y otros prisioneros argentinos que estaban en el antiguo frigorífico de San Carlos.

Por 1983 o 1984 lo invitaron a dar una charla en el Instituto Fátima, y volvió a ver la imagen. Cuando tiempo después regresó, habían demolido el colegio y le perdió el rastro. Se retiró del ejército a fines de 1990 y trabajó en muchos lugares, como una empresa textil y los fines de semana en un salón de fiestas en el que empezó como custodio y terminó como encargado de todo el personal. Llegó a tener tres trabajos para pagar la hipoteca de su casa.

La hallaron en el santuario Lugar del Milagro Virgen de Luján, en la localidad de Villa Rosa, y se la nombró patrona de la Comisión Permanente de Homenaje a los Caídos del Atlántico.

En la Comisión, prometen un homenaje a los curas que acompañaron a los soldados durante la guerra. y Fernández Maguer aseguró que “algún día volveremos, jamás nuestro pueblo olvidará a Malvinas”.

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