22 de abril de 2025
Bahía Blanca: condenaron a 7 años de prisión por falso testimonio al instructor de perros que incriminó a policías en la causa por la muerte de Facundo Astudillo Castro

Se trata de Marcos Herrero, quien en esta causa realizó con sus canes peritajes irregulares de rastros de olor que incriminaron a los policías investigados. Se le impuso una pena única de 7 años y 8 meses de cárcel -ya tenía otra condena por encubrimiento en el fuero penal mendocino- e inhabilitación absoluta por 14 años. Los fundamentos se conocerán el 29 de abril.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOCF) de Bahía Blanca condenó hoy al instructor de perros Marcos Darío Herrero a 7 años de prisión e inhabilitación absoluta por el doble de tiempo de la condena -14 años- por haber plantado evidencia y cometido falso testimonio para perjudicar a policías en el marco de la causa por la desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro, el joven de 22 años visto por última vez el 30 de abril de 2020 en la localidad bonaerense Pedro Luro hasta que su cuerpo apareció esqueletizado el 15 de agosto de ese mismo año en un cangrejal del estuario de Bahía Blanca.
En sintonía con lo solicitado por el fiscal general ante ese TOCF, Gabriel González Da Silva, el juez Ernesto Sebastián -que integró el tribunal de manera unipersonal-, consideró a Herrero autor penalmente responsable del delito de falso testimonio reiterado en siete oportunidades y agravado por haber sido cometido en causa criminal contra los investigados.
Tal como planteaba el requerimiento de elevación a juicio -en su momento formulado por el titular de Fiscalía Federal N°1 de Bahía Blanca, Santiago Ulpiano Martínez-, la condena responde a siete intervenciones irregulares que tuvo el perito en aquella investigación y que perjudicaron a policías por entonces imputados, ya que con sus perros afirmaba haber detectado el rastro de olor de Astudillo Castro en móviles policiales y en un calabozo del Puesto de Vigilancia de Teniente Origone de la policía bonaerense, donde incluso el ahora condenado fue acusado de haber “plantado” un amuleto que le pertenecía al joven desaparecido.
El juez le impuso al adiestrador de perros una pena única de 7 años y 8 meses de prisión al unificarla con otra condena dictada en el fuero penal provincial de Mendoza, donde había sido sentenciado a 8 meses de prisión de ejecución condicional por el delito de encubrimiento simple.
El juez no hizo lugar al pedido de prisión preventiva solicitado por el fiscal, pero sí ordenó para Herrero la prohibición de salida del país y la retención de su pasaporte hasta que la condena quede firme, en cuyo caso será detenido para que cumpla la pena en prisión. La lectura de los fundamentos se realizará el próximo 29 de abril a las 13.30.
En su alegato, González Da Silva sostuvo que “todo fue una burda mentira para direccionar el caso, en principio contra cuatro agentes policiales en concreto, aunque la pretensión procuraba llegar a esferas más altas en principio de la policía bonaerense y reforzar la hipótesis que manejaba la querella”.
Alegato
En su alegato, González Da Silva sostuvo que “todo fue una burda mentira para direccionar el caso, en principio contra cuatro agentes policiales en concreto, aunque la pretensión procuraba llegar a esferas más altas en principio de la policía bonaerense y reforzar la hipótesis que manejaba la querella”.
Asimismo, indicó que “fueron todos inventos de Herrero, quien pudo desplegar y montar estas escenas falaces merced al complejo caso que fue la búsqueda de Facundo Astudillo Castro, las numerosas y continuas diligencias que se hacían, el desconocimiento de estas técnicas por parte de los otros sujetos intervinientes, lo flexible que son este tipo de prácticas con perros, básicamente por tratarse de una pseudociencia, sumada a la desesperación que atravesaba la familia del joven y la propia la sociedad en la búsqueda de la víctima y una serie de variables que permitieron que pudiera impunemente presentarse en este caso”.
“Nada de lo que hizo tuvo rigor científico”, opinó el fiscal y agregó que “pese a que Herrero dijo que conocía las técnicas que se empleaban en las especialidades, las ignoró absolutamente, inclusive, los métodos estandarizados, fiables y precisos”.
A su vez, resaltó que la intervención del imputado “hizo mucho daño al concepto de justicia, a la credibilidad, al respeto institucional, a la labor de los funcionarios que prestamos un servicio de justicia”.
Por último, el fiscal general remarcó que el imputado “presentó una hipótesis muy delicada como es la desaparición forzada de una persona en democracia en manos de nuestros policías” y agregó que “puso en juego el delicado sentido que tienen los desaparecidos para todos los argentinos para emplearlo en un ardid que a él, y ciertamente también a otros, beneficiaba”.
El caso
Astudillo Castro (22) desapareció el 30 de abril de 2020 hasta que su cuerpo apareció esqueletizado en el cangrejal del estuario de Bahía Blanca el 15 de agosto siguiente. Según la autopsia, la causa de muerte fue una asfixia por sumersión. De acuerdo a las pruebas, Facundo salió a dedo desde la localidad de Pedro Luro hacia la ciudad de Bahía Blanca -debía recorrer unos 120 kilómetros- para visitar a su exnovia, en el contexto en el que regía el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) dispuesto por el Poder Ejecutivo Nacional como medida sanitaria frente a la pandemia de COVID-19. La norma prohibía la circulación en la vía pública, salvo al personal denominado "esencial", y establecía la intervención de las fuerzas de seguridad para que hicieran cesar la acción de quien la violara.
El joven había pasado la noche del 29 de abril en la casa de un amigo y en la mañana del 30, a las 5, inició el viaje a pie por la Ruta Nacional N°3. Tras recorrer los primeros 30 kilómetros del trayecto, Facundo arribó a Mayor Buratovich, donde llegó gracias a un automovilista que lo acercó. El joven tuvo allí su primer encuentro con una autoridad policial alrededor de las 10.
A partir de entonces, la investigación se abre en una serie en incógnitas; la evidencia forense obtenida en diferentes procedimientos, los datos técnicos que se desprenden de dispositivos de telefonía celular y las declaraciones testimoniales relevadas no son suficientes para conformar un relato uniforme y cronológico del derrotero de Facundo.