Viernes 14 de Marzo de 2025

25 de enero de 2025

Villa Gesell: la imponente travesía en el mar que un guardavidas busca repetir después de 20 años

A los 55 años, Walter Figurski se prepara para un reto que conquistó en 2005 y dejó una huella imborrable en su vida. En diálogo con Infobae, comparte sus motivaciones, detalles de su entrenamiento y los pormenores del desafío

>A sus 55 años, Walter Figurski se sumerge todos los días en una exigente rutina de entrenamiento, con largas horas de nado en el mar, sesiones de trabajo físico intenso y una planificación meticulosa. Su objetivo es desafiante: completar los casi 30 kilómetros que separan el Faro Querandí del casco urbano de Villa Gesell. Es una travesía que ya realizó hace dos décadas y que ahora busca repetir, motivado por el recuerdo de su esposa fallecida y un referente entrañable.

En el verano de 2005, “Waly” realizó por primera vez esta travesía entre el Faro Querandí y el muelle de Villa Gesell, uniendo dos emblemas de la región. Su motivación era puramente deportiva: “Quería ir un poco más allá de lo que otros habían hecho”, recuerda.

Aquella experiencia no estuvo exenta de complicaciones. “Waly” comenzó la travesía sin traje de neopreno, confiando en las condiciones del agua. Sin embargo, una sudestada pocos días antes de su partida enfrió la temperatura del mar, que bajó más de tres grados. “No tomé las precauciones necesarias, y a mitad de camino sufrí hipotermia. Fue muy duro”, rememora.

Entre una brazada y otra, la idea de abandonar se le cruzó varias veces. “La cabeza juega un papel clave en momentos así. En el peor momento, algo tiene que florecer para seguir adelante”. A pesar del dolor físico y el agotamiento mental, logró completar el trayecto en más de 10 horas, dos horas y media más de lo planeado. En el punto de llegada lo esperaron sus padres, su esposa y la mayor de sus hijas, que tenía dos años.

La preparación comenzó hace un año, con entrenamientos que combinan pileta y mar. En Villa Gesell se instaló el 10 de noviembre último, y desde el 21 de diciembre se concentra exclusivamente en nadar en aguas abiertas. “Trabajo con ciclos de carga y descarga: aumento la intensidad durante varios días y luego bajo el volumen para que el cuerpo se recupere. Es fundamental llegar en el mejor estado posible”, detalla, luego de haber finalizado una práctica de 11 kilómetros de nado.

Durante la travesía, será seguido por una moto de agua equipada con comida e hidratación. Comerá y beberá cada una hora y media aproximadamente, sin tocar la embarcación. Un equipo de apoyo compuesto por un médico y compañeros guardavidas estará a cargo del monitoreo. Como parte del protocolo de seguridad, además, un vehículo acompañará el recorrido por la arena con elementos de primeros auxilios. Se prevé que el trayecto dure entre siete y nueve horas. La acción comenzará al mediodía.

Sus hijos, que ahora tienen entre 14 y 21 años, lo acompañan de cerca. “Ellos me piden que me cuide, sobre todo después de todo lo que vivimos como familia”, cuenta. La relación se fortaleció tras la muerte de su esposa, y el guardavidas asegura que encontrarán juntos el momento para celebrar en la meta, que será en el balneario Áfrika, donde trabajó por primera vez en la ciudad.

Fotos: Pablo Kauffer

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