Viernes 10 de Octubre de 2025

9 de octubre de 2025

“Yo estuve en cada audiencia y sé que mi padre es inocente”: el testimonio de una hija que reclama justicia en Chascomús

En Chascomús, una hija decidió alzar la voz y contar públicamente lo que vivió durante años acompañando a su padre, acusado en una causa que —según asegura— fue armada, llena de irregularidades y presiones políticas.

“Leí los 99 cuerpos de la causa y los incidentes, y en ningún lugar consta que mi padre sea culpable”, comienza su relato. “Yo estuve en cada audiencia del juicio, escuché a los 99 testigos, y ninguno pudo dar un testimonio que lo acusara. En cambio, mi padre tenía cuatro testigos que lo situaban en otro lugar a la hora del hecho.” Según denuncia, en el proceso hubo graves inconsistencias y maniobras que habrían afectado el desarrollo judicial: “Desde el municipio se le otorgó un subsidio a una mujer para que cambiara su declaración, después de haber declarado siete veces sin nombrar a mi padre. También hubo ADN femenino debajo de las uñas de la víctima, pero nunca se investigó. Los peritos lo pidieron y nadie actuó.” La hija del acusado también cuestiona el accionar de la justicia y la política local: “El allanamiento se hizo 14 años después del hecho, y los objetos secuestrados fueron cuchillos comunes, entre la basura. La causa estuvo por cerrarse tres veces por presiones eclesiásticas y políticas, lo dijeron los propios jueces. Pero algunos decidieron dejar a una sola persona detenida para cerrar el caso y mostrar resultados.” Con firmeza, sostiene que su familia siempre colaboró y buscó la verdad: “Yo misma presenté testigos para reabrir la causa, pero nadie los escuchó. El policía que declaró en contra de mis compañeros lo hizo bajo tortura, estuvo 17 horas sin comer ni ir al baño, y lo amenazaban recordándole que tenía una hija. Hasta hoy sufre consecuencias psicológicas.” La mujer también asegura haber recibido amenazas por defender a su padre y critica el silencio de algunos medios locales: “Nunca nos dieron espacio para hablar. Una vez un abogado de mi papá fue a una radio y no quisieron entregarnos la grabación de la nota. Había miedo, compromiso con el municipio.” A pesar del tiempo, la herida sigue abierta: “Mi padre perdió su libertad, su vida, su paz. Yo perdí años de verlo sufrir. Ojalá nunca nadie tenga que vivir esto. Lamento el dolor de la familia de la víctima, pero también el de los inocentes que son señalados injustamente. Mi padre lucha desde el primer día, y lo seguirá haciendo hasta demostrar su inocencia.” Con voz quebrada pero firme, cierra su testimonio con una reflexión: > “Los verdaderos culpables quizás sigan caminando libres, riéndose de todos. A nosotros solo nos queda la verdad y la esperanza de que algún día la justicia mire sin intereses.”

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